domingo, 16 de enero de 2011

Instrucciones para sentirse (y ser) miserable



Olvide todo lo que sabe
(o cree saber)
sobre la felicidad.
Memorice, después, lo siguiente:
"La miseria es inherente al ser humano
es parte de su condición".
Este será su lema y su consigna.
Aprendido esto, dedique buena parte
de sus horas de vida
a pensar en la vida
en su sentido.
Cuando descubra que no lo hay
piense en la muerte,
piense en Dios
-Si es que hay tal-
piense en el destino
en la fe
en la nada
en el todo
en el vacío
en la luz.
Si para después de un año,
aún siente el corazón,
neutralícelo con pensamientos umbríos,
con lectura de tragedias griegas o inglesas
y filosofía alemana.
Dedíquese a leer y a estudiar,
esto le dará la sensación de superioridad moral que necesita
para contrarrestar su complejo de inferioridad material
que lo embarga, embargó y embargará.
Rechace invitaciones a fiestas o cenas,
el contacto humano debe ser mínimo y utilitario.
Si siente la tentación de la ternura,
piense en los demás con sentido estrictamente biológico,
es decir,
como animales
seres ignorantes,
lascivos,
sucios,
mediocres.
Usted es mejor, por eso está solo.
Pasado los años,
comience a escribir.
Analice todo,
principalmente a la sociedad.
Para entonces,
ya debe de haber desarrollado una mueca
mezcla de asco y desprecio,
imborrable.
Opine, inclusive si no se lo piden.
Critique por amor a la crítica.
Desprecie por deporte.
Ocupe palabras que nadie más conozca.
Lleve las conversaciones hacia áreas que solo usted domine.
No beba.
No fume.
Y, en lo posible,
no fornique.
Dé cátedra, pero recuerde,
no deben entenderle.
Vistase de oscuro,
desprecie lo joven,
aborrezca la playa.
Hágase un blog que nadie lea.
Envejezca.
Y entonces, un buen día
(solo es un decir),
digamos un sábado por la noche,
se sentirá tan solo,
tan triste,
tan vacío a pesar de Schopenhauer,
que cambiaría cada segundo
y cada libro,
por un beso,
por una sonrisa,
por una cama que no lo espere vacía y fría.
Sentirá una angustía de muerte,
y el deseo intenso de un amigo y una copa de vino.
Entonces, habrá llegado a su meta,
será un miserable sin remedio.
Lo sabrá con certeza porque desearía estar muerto,
aunque lo cierto
-y lo cómico-
es que ya lo estaba,
desde siempre.

3 comentarios:

xurxo dijo...

Pasaba por aquí y veo que la cosa esta un poquillo negra, pero con el talento de siempre. Has inventado el libro de anti-ayuda!

Un abrazo.

También Importamos dijo...

mMmm yo no creo que sea un Libro, y tampoco de Anti-ayuda xD

Carlos Cuadrado dijo...

Ese libro ya esta escrito y se llama El lobo estepario