domingo, 1 de noviembre de 2009

Anti Jálogüin




Debo confesar que pocas cosas me molestan más que la estupidez "conciente" de la gente, o por así decirlo, el que las personas de dejen meter el dedo (y varias cosas más) en la boca sin decir ni "pío". Y es precisamente eso lo que me pasa con el tan mentado jálogüin aquí en Chile. Como pueden ver, me he tomado la libertad de castellanizar la palabra, porque ya casi es "nuestra", la hemos aceptado como lo más normal del mundo, como la Navidad, la Pascua o el 18.

Pensar que hace unos años, una alcaldesa farandulera se la impuso a su pueblito de Pelarco, como si se tratase de otra fiesta huasa más y se maravillaba de ver a eso simpáticos "rotos" disfrazados de fantasmas, brujas y zombis. Y ni nos dimos ni cuenta cuando los medios nos la metieron a la fuerza, principalemente a través de las débiles mentes de nuestros niños. Medios de comunicación masiva ávidos de recibir el dinero que sus amos, los grandes empresaurios, les darían por publicitar sus productos: calabazas (ojo, no zapallos) de plásticos, dulces de colores antinaturales, máscaras de tolueno, disfraces basura... comenzaba la fiesta.

¡Con horror, pude ver que hasta colegas de kínder y básica les celebraban el jálogüin a los niños en el colegio! ¡Colegio Católico además! Y no faltaban los pelotudos adultos que se disfrazaban para hacer fiesta... total, para tomar siempre hay una excusa.

De más está decirlo, pero nuestros amorosos padres chilenos, que con tal de que el hijo se deje de hinchar, le compran disfraces y hasta los acomnpañan a molestar a los vecinos gritando frente a cada puerta: "¡Dulce o travesura"! y ay del vecino que no dé dulces, mal vecino, mal chileno, apatrida y amargado de mierda...

¡Cómo podemos ser tan imbéciles! Si al menos fuese algo bueno, positivo o guardara alguna relación con nuestra cultura... pero no. ¿Es la muerte buena? ¿Son buenos los cadáveres? ¿Las brujas? Estoy seguro que si les arrojo una araña de verdad a los amorosos niños que molestan fuera de mi casa, saldrían despavoridos, pero bien que se echan encima esa telaraña en espray.

¿Hasta cuándo permitiremos que nos pasen a llevar así como pueblo, como cultura, como nación? ¿Cómo podemos permitir que nos quiten lo nuestro y nos impongan algo ajeno y más encima, lo agradecemos? Bien podrían decir nuestros ancestros que somos mucho más yanaconas que mapuches y mucho más yanquis que españoles...

¡Odio jálogüin!