martes, 28 de octubre de 2008


Carta abierta a un amigo desencantado

Estimado amigo:

Sin querer, este comentario tuyo se nos transformó en un foro de discusión. Creo que está bien que sea así de vez en cuando, porque hasta ahora, Facebook es un "poquitín" trivial. He decidido responderte en mi blog, ya que mi respuesta será más extensa y me siento más cómo respondiéndote aquí que en Facebook.

Hay muchos puntos que quiero despejar respecto a lo que ambos hemos dichos. No seguiré un orden en especial, sino como venga mi inspiración.

Quiero aclararte, que nunca he querido menospreciar tu opinión ni poner en duda tu libertad de decidir. Que no esté de acuerdo con ella no significa que no la respete. Pero con la misma vehemencia, te reitero que no creo votar por quienes tienen la "cagá" en el país, sino por quienes pueden hacer algo mejor por él. Es cierto, varias veces he tenido que optar no por lo mejor, si no, por el mal menor. Pero eso es parte del juego. ¿Cuándo compraste tu PC elegiste el mejor, el que tú querías? ¿O solo el que "pudiste" comprar? ¿Ves? muchas veces no escogemos todo lo que queremos, sino lo que podemos. Yo no creo en la política de corruptos y ladrones, yo creo en la política de poder soñar con un mundo mejor y de luchar por hacerlo. Yo creo en la democracia. Tú me dices que la historia reconocerá a los jóvenes que demuestran su descontento no participando. Creo que cometes otro error en ello: la historia la escriben los vencedores, en otras palabras, los que ostentan el poder. Si los jóvenes (o cualquiera en realidad) no participan en los procesos democráticos (imperfectos, pero democráticos al fin y al cabo) solo permiten el mantenimiento del "stato quo" que tanto bien le hace a quienes se mantienen en el poder.

Por supuesto que es loable que tú o cualquier otra persona participe de acciones sociales benéficas para su comunidad. Eso no está en duda, pero ¿y las raíces de esos problemas que aquejan a parte de nuestros compatriotas y prójimos? Hay un sistema entero detrás de nosotros que muchas veces perpetua esas iniquidades. Y la única forma real de mejorar ese sistema es a través de los procesos políticos. Es cierto que puedes demostrar tu descontento con el sistema no participando, pero y mientras ¿Qué? Todo sigue igual.. ¿da lo mismo quién gobierne? No lo creo. Estoy seguro que no. Siempre habrá diferencias, matices.

Respecto a considerarte ignorante... no sé bien que quisiste decir. Ignorante no creo que seas, o al menos, no más que yo. Por eso mismo, no tengo derecho a decirte por quién votar o no votar, eso es una decisión personal. Yo tengo mi postura y mis creencias y claro que soy un "homo Político", porque para mí, decir que alguien es "apolítico" es el equivalente de decir que es "asexual" o simplemente no vive sobre esta tierra. Tú debes ser mucho más político de lo que crees, solo que no te das cuenta. Dices la verdad: voté por Lagos. Creí en él. Y no me arrepiento de ese voto, pese a que no fue lo que esperaba. Pero entre votar por un candidato de la derecha (de la cual sí que desconfío plenamente) prefiero votar por Lagos y, créeme, si tuviera que elegir de nuevo, votaría otra vez por él que por Piñera. ¿Fue Lagos tan malo en verdad? ¿Estás seguro que los medios de comunicación -controlados mayormente por la derecha- no han tenido nada que ver en esa percepción? Yo creo que Lagos no fue tan bueno como muchos esperamos y soñamos, pero no fue el peor presidente de Chile. Ese título ya lo tiene cierto caballero que nunca fue realmente electo presidente.

Permíteme criticar tu argumento de meter a los musulmanes en esta discusión. Cometes un falacia (no lo busques en Wikipedia, mejor anda a tu viejo diccionario) llamada "envenenar el pozo" y otra llamada "generalización apresurada". ¿Todos los musulmanes maltratan a sus mujeres? No sé, pero me pareció ver hace unos días a la reina de Jordania (musulmana por los demás) sin burka y sin su marido azotándola por atrás.

El fanatismo religioso claro que va de la mano con la política, pero en este orden: religión, después política. Por eso en Chile la iglesia está separada del Estado. Y cuando Marx dijo que la religión es el opio del pueblo, se refería precisamente a que muchas veces la religión nubla la capacidad de las personas de luchar por sus derechos, con discursos como: "los pobres son pobres porque Dios lo quiere, resignación resignación" o inclusive peores: "No luchéis en esta tierra, vuestra recompensa está en el reino de los cielos". Para mí, la recompensa en el cielo se nos dará por nuestra lucha aquí en la tierra. Y claro que Dios no nos quiere miserables, por eso nos dio la manos y la razón, para luchar por hacer su reino acá en la tierra.

Querido amigo, no me sorprende tu desencanto. Muchas veces me he sentido así. Lo que me preocupa es que ese desencanto pueda terminar transformándose solo en desconfianza. No podemos vivir creyendo que todos solo quieren perjudicarnos, como no podemos vivir tampoco creyendo que el que no piensa como yo es mi enemigo. Los seres humanos somos de muchas tonalidades, pero nunca ni completamente negros ni completamente blancos. Que yo, y ocho millones más de Chilenos votemos solo significa que creemos que nuestro voto sí importa, que sí podemos conseguir un Chile mejor. El voto es, quizá, la única instancia en que todos los chilenos somos iguales. El voto de un campesino de Tirúa vale lo mismo que el de cualquier senador. Si tú no quieres votar, estás en tu derecho, pero desperdicias una oportunidad para elegir cómo quieres que las cosas pasen a tu alrededor. Lo que no puedo aceptar es que generalices. Yo no soy títere de nadie y si lo fuera, me rebelaría hasta reventar por desasirme del titiritero.

Para ir terminando, te cuento que mi hermana votó por primera vez y está muy contenta, pese a la fila que tuvo que hacer. Lo hizo también su pololo y como 20 alumnos del cuarto medio del año pasado. Ellos tienen sus ideas acerca de cómo poder hacer mejor su comuna y acerca de quién puede representarlos mejor. De hecho, no me extrañaría que alguno de ellos abriera un nuevo frente social, si no encuentra quién apoye sus ideas. ¿No crees que esos jóvenes podrían hacer un poco mejor su entorno?

Con esto me despido, amigo. No pido que creas en mis palabras, solo que les des unas vueltas en tu cabeza y veas, de corazón, si algo de lo que he dicho tiene todavía sentido para ti.

La foto... bueno, qué paradójico. Estamos en el congreso, en la testera...

---

P.D.: Sí sé lo que es el nihilismo. Cuando quieras saber el significado de una palabra, búscala en el diccionario y no en una enciclopedia. La enciclopedia viene después, cuando quieres profundizar en algo.


martes, 7 de octubre de 2008


"... Y, jamás como hoy, me he vuelto, con todo mi camino, a verme solo".
César Vallejo

Inevitablemente hay días en que nos sentimos solos. Suele ocurrir. Pero hay días en que nos sentimos profundamente solos, hondamente solos. Sentirse solo no es igual que tener la certeza de estarlo.
Mi soledad de hoy está acompañada de gente, y eso la torna más patética. Quisiera abrirme el pecho, la cabeza y la garganta. Quisiera mostrar mi corazón al cielo. Quisiera tanto la mano amiga y el silencio.
Quisiera tanto que me dejaran, un momento, solo un momento, a solas con mis dolores y mis angustias, que son mías y de nadie más. Y ya que no me he dado el derecho a ser feliz, esta vez, al menos, dejadme estar con mi tristeza.

Hoy me sobra el corazón.

---
Me sobra el corazón

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella.
Y busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
qué inconformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra corazón.

Hoy, descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.


(Miguel Hernández)

miércoles, 1 de octubre de 2008


¡Y dijimos que no!

Hay cosas que permanecen en nuestras mentes y nuestros corazones para siempre. Hermosos o terribles recuerdos indelebles (aunque como bien dice García Márquez, nuestra memoria tiende a purificar los malos recuerdos) que llevaremos dentro querámoslo o no. Tal vez el recuerdo de esa Navidad y tu primera bicicleta. O tal vez ese primer amor que no te dejaba dormir y donde eras feliz regodeándote en el sufrimiento. Tu examen de título, una campaña publicitaria, esas vacaciones memorables. Todos tenemos algo para no olvidar. Yo tengo muchas cosas que no olvido y una de ellas es la campaña del NO y el plebiscito del año 1988.
Claro que no voté. Por mi edad, ni siquiera debí, tal vez, haberme preocupado de una cosa llamada dictadura o de ese monstruo abstracto que era Pinochet. Pero en una casa como la mía, con una familia como la mía, nadie, ni lo niños, podíamos sustraernos a acontecimientos de la trascendencia del plebiscito de 1988.
Como no, si desde siempre me inculcaron que el mayor orgullo, el máximo honor para cualquier chileno era ser presidente de la República y que cualquier chileno podía serlo si se esforzaba y era honesto y deseaba, antes que nada, el bien para sus compatriotas. En el colegio también nos lo decían. Eran otros tiempos, donde aún celebrábamos el 21 de mayo, donde cantábamos la canción nacional todos los lunes (aunque nunca con la estrofa aquélla). A pesar de que no había partidos políticos, congreso o elecciones períodicas, había una cultura que nos educaba, nos impelía hacía la democracia y la civilidad. Volvería un día, sí volvería.
Y volvió en octubre, un mes especial para mí. Y todas las noches no me perdía la franja, no me perdía a Patricio Bañados y su voz profunda invitándonos a no tener miedo. Junto a mi abuelo vi la cara de desesperación de Raquel Correa cuando no podía hacer callar a Lagos. ¡Y yo que tenía solo ocho años me acuerdo de eso!
Me acuerdo de que durante el plebiscito, dieron el Correcaminos casi toda la tarde, que mis padres y mis tíos y mis abuelos se paseaban de un lado para otro. Y me acuerdo que ya bien entrada la noche vi llorar a mucha gente de alegría y yo estaba alegre porque sabía que algo bueno había pasado aunque no lo tenía muy claro todavía, pero a los ocho años intuí que palabras como exilio, secuestro, degollado, quemado, dictadura, dejarían de escucharse tanto.
Y después, uno años después, un estadio nacional repleto, una cancha cubierta con la bandera de Chile, un civil llevando después de 17 años la banda de los presidentes.
Muchos se han quejado de que la alegría no llegó como quisiéramos. Les concedo eso, pero la alegría llegó en pequeñas dosis y claro que falta mucho más. La concertación es culpable, pero no es la única culpable. Tanto no querían cometer los errores del pasado que terminaron por no soñar demasiado y llevarle el amén a quienes llevan la batuta de la economía. Eso es responsabilidad de la concertación. Pero también nosotros, todos los chilenos, en nuestra apatía, en nuestra decidía, en nuestro interminable echarle la culpa a los demás que "no abren los espacios", hemos sido cómplices de no construir un Chile más justo para todos.
¿Sabrán los jóvenes, los adolescentes, los niños de hoy lo maravilloso que es poder decir lo que se piensa? No saben que tesoro tienen y por eso lo malgastan. Ya lo decía don Quijote: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida..."
Hace 20 años los chilenos se aventuraron en la libertad.

---

La canción de la franja del No aquí
Denle un vistazo a la del Sí, porque es horrible.