jueves, 31 de diciembre de 2009

Año Nuevo... ¿Vida nueva?



Termina una año más... cuántos se ha ido ya, creo que así va la cancioncilla ésa. Y aunque para mí, realmente, el  Año Nuevo no es más que un formalismo para cambiar de página el calendario y agregarle otra cifra al año, hoy de verdad quisiera creer un poco en esas cosas que dice la gente con tanta liviandad, esas cosas de "dejar atrás lo viejo" eso de "empezar de nuevo".
El 2009 no fue para mí un buen año. Por más que intento mirar hacia atrás, no logro encontrarle nada bueno. Ya lo he dicho antes en este mismo espacio... es, literalmente, como si nada bueno me hubiese acontecido. Ni en lo personal, ni en lo laboral, ni en lo económico, ni en la salud... nada. Nothing happens...
Por ello es que me gustaría creer que el 2010, último año de la década, las cosas cambiaran. Me gustaría creer que sentiré con fuerza de nuevo eso que se llama "alegría" y, por qué no, quizá "felicidad". Pero, por ahora, me parece más plausible seguir en picada hacia los abismos de la desesperanza que encontrar los caminos del sol y eso, amigos mío, me aterra.
Que pasará mañana. No tengo la menor idea. Como la mayoría de ustedes, pero con la diferencia de que el común de los mortales tiene al menos una vaga idea del "mañana". Yo, por mi parte, estoy en la niebla... como un corcho en la mitad del Pacífico. Será extraño un marzo sin sala de profesores, sin colegas a quienes preguntar por sus vacaciones, sin libro de clases y pasada de lista.
Me pregunto... ¿Cómo empezar de nuevo cuando uno ya arrastra consigo mismo? ¿Con una historia? ¿Con una buena parte de la vida?
Ojalá el 2010 sea un año mejor para mí. Por mientras solo habrá que aguardar.
Año Nuevo, vida nueva... lo dudo.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Deus ex machina



Falta ya tan poco para fin de año... y todo, todo se mueve vertiginosamente a mi alrededor, menos yo, que me veo detenido, estático sobre mi eje, inmóvil e incapaz de avanzar (ni retroceder) de ningún modo.
Tantas veces antes, en mi vida anterior -antes de todo esto que me está pasando-, escuché a gentes que decían sentirse dentro de laberintos aplastantes o inmersos en abismos insondables, y yo, yo no los entendía, no podía ponerme en sus lugares. Para mí era todo claro: un problema, una o varias soluciones, y ya está. Pero ahora, yo estoy en el laberinto.
¿Cómo se hallan las salidas de los laberintos? Quizá si hubiese previsto más el futuro debía hacer como Teseo y conseguirme por allí un buen ovillo antes de meterme en laberintos, pero no preví que esto pasaría. Según mi psicóloga solo el tiempo y las exquisitas dosis de fluoxetina que deberé tomar me irán ir encontrando la salida a tanto muro que veo delante de mí. Pero algo no me convence del todo en su hipótesis. Puede que se deba, en todo caso, a que no puedo hoy por hoy ver nada con claridad... podría darme de bruces con la puerta y no sería capaz de verla.
¿No les ha pasado sentir que en meses, muchos meses, nada bueno les ha pasado? Sí, sé que eso puede ser muy injusto, pero más o menos así me siento, como si Dios (sé que Él no tiene tiempo para pequeñeces como esas) se hubiese ensañado conmigo más que con el resto.
Desde chico se me enseñó que el regalo más grande de Dios a los hombres era la libertad, el albedrío, llegando inclusive a darnos la capacidad de negar su existencia o rebelarnos ante Él. Pero yo quisiera en este momento una manifestación más presencial de Dios, que de una vez por todas le dé algo de luz otra vez a mi vida, me deje ver salidas y no solo laberintos oscuros cerniéndose sobre mí. Estoy pidiendo demasiado, un milagro quizá...
Einstein dijo que Dios no juega a los dados, queriendo poner de manifiesto que nada es azaroso en el universo, y por extensión en nuestras vidas. Si Dios se manifiesta entonces a través de lo que llamamos "coincidencias" o "casualidades", tienen muchas razón los que dicen que los caminos del Señor son misteriosos, casi tanto que escapan por completo al entendimiento de un simple mortal como yo.
Casi al terminar la sesión del viernes la psicóloga me preguntó: "¿Crees que ya tocaste el fondo?" Lo pensé unos segundos y le contesté: "No los sé, y eso me aterra. Si estuviera en el fondo solo cabría ir mejorando, como dice Serrat, pero me temo que todavía puede haber más profundidad en este pozo".

martes, 15 de diciembre de 2009

Necio



Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
mas yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces)
(El Necio,  Silvio Rodríguez)


Debo confesar, queridos amigos en el espacio, que la desazón y la amargura, se apoderaron de mi corazón la tarde del domingo recién pasado. Una desazón y una amargura aún más fuertes que las que suelo llevar a cuestas tradicionalmente. Y cómo no, si presenciaba con estupor lo que para mí constituye una afrenta a la dignidad de un pueblo, de una nación... pero lo que es peor, una afrenta perpetrada por el mismo pueblo contra sí. Presenciaba que es cierto que el dinero y el poder económico todo lo pueden, todo lo compran, desde una mesa a una conciencia, desde un auto a un voto, a un senador, a un diputado... a un presidente.
Yo me considero un hombre de izquierda, católico y libre, aunque algunos crean que una combinación así no es posible. Me sé, además, medianamente inteligente. Lo suficiente, al menos, para saber que la Concertación ha cometido muchos errores en veinte años, pero es esa misma inteligencia la que me hace saber, intuir, desconfiar y predecir que en la derecha, esa que es la misma de antes, nada bueno hay. Se cambiaron un poco las máscaras, pero siguen siendo los mismos que gobernaban con los militares. Los mismos que se enriquecieron a costa del sufrimiento del pueblo, los mismos que iban a misa como si nada mientras aquí se mataba, se torturaba y se hacían desaparecer a miles de chilenos y ellos no decían nada..
Por eso mi desconcierto, mi desazón. Porque presencié como otro candidato que se decía de izquierda, prefería, según él por respeto a los pobres y a la clase media, entregarle a la derecha las llaves de La Moneda. Porque fui testigo, además, en tantas partes de mujeres y hombres, de trabajo, pobres, vendiéndose a las lisonjas de la derecha que les regala unos tarros de conserva, unos calendarios y promesas absurdas.
Pero ahora es cuándo. Ahora es cuando se debe superar esa desazón y luchar más que antes por lo que creo. Por no permitir que los que ya tienen "casi todo" lo tengan "todo". Aunque las encuestas estén en contra, aunque se llene de traidores la calle, aunque muchos me digan que todo está perdido y que hay que resignarse... todavía tengo el derecho de creer que hay más chilenos que como yo, queremos un mundo más justo para todos y no solo para quienes puedan pagarlo.
Todavía tengo el derecho de ser todo lo necio que quiera.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Autoayuda



Debo confesar, queridos e imaginarios lectores, que una (más) de las cosas que me hace enojar de esa forma que tanto odian quienes me conocen (sí, esa de los gritos y la misantropía crónica) es el tema de la literatura de autoayuda... Sip, la autoayuda, que partiendo del concepto mismo es una imbecilidad total.
Mi rabia aumenta aún más, cuando al visitar las librerías, la Feria del Libro o mirar el ránking de los libros más vendidos constato con horror el inmenso lugar que ocupan esas páginas de "autoayuda"
Partiendo del concepto todo está mal: ¿AUTOAYUDA? Auto del griego 'αύτο' que significa 'por sí mismo', es decir, me ayudo a mí mismo... por lo tanto, nadie me ayuda, soy yo quien me ayudo y como soy imbécil, pago por ayudarme solo. ¡Steve Jobs no le llega a los talones a Coelho!
No crean que esta ha sido una discusión breve... me ha tocado tener entretenidas discusiones con muchas personas, incluso amigos o familiares, por el temita de la autoayuda. Desde pequeño, para que vean. Recuerdo que la primera vez que me enfrenté a este tipo de literatura escritura fue en octavo básico, cuando mi tierna maestra de castellano, la señorita Pingüino (así le decíamos a la pobre) nos hizo leer esa bazofia new age de Juan Salvador Gaviota. Mis compañeros saltaban en una pata, claro, después de leer los cuentos del "Vaso de leche, el colo-colo, el delincuente" de Manuel Rojas, para ellos era una maravilla leerse un librillo de unas 50 páginas, de las cuales un tercio eran fotos mal fotocopiadas de gaviotas. Algo no me cuadró después de la lectura. Para enseñanzas ya tenía a mi mamá o al cura todas las mañanas en la misa. Pero esa cosilla media mesiánica ya me estaba dando como patada en los riñones, y eso que solo tenía 13 años. Con el tiempo, y sobre todo con la lectura, llegué a entender qué era lo que no estaba bien: nada.
En la universidad viví uno de los momentos que más huella me ha dejado acerca de esta psudoliteratura. Mi amiga Denís se debe acordar: Primer año, clase de Competencia comunicativa oral I (Qué nombrecitos, ¿no?). Todos debíamos hablar de un libro que nos hubiese marcado en nuestras vidas. Íbamos bien: Cien años de soledad, Cumbres borrascosas (though you may not belive!), Narciso y Goldmundo, hasta que una compañera saca El caballero de la armadura oxidada... FAIL! Nuestro profesor que era un amor (hoy es rector...) trató de ser lo más tierno y amable posible mientras destruía el libro favorito de mi compañera y de paso todo lo que ella había creído respecto a la literatura hasta entonces... pese al escarnio público, le hizo un favor ese día el profesor. Lo trágico (aunque gracioso para mí) fue que mientras el profe pedía se arrojara a la hoguera ése y muchos otros libracos como aquél, varios compañeros escondían con disimulo sus copias del mismo título.
Como me reconozco prejuicioso, mas no por ello incapaz de reconocer un error, decidí leerme aquellos libros de tan mala reputación entre los críticos literarios. Empecé con Coelho... Verónika decide morir... iba tan bien hasta...
Y es que eso pasa con los libros de autoayuda. Muchas veces empiezan bien, pero después... el final feliz, prefabricado. Las frasecitas cursis llenas de sabiduría comprada en el Mall, el plagio descarado de otras obras que sí son literatura. Aforismos como "La verdad esta en tu interior", "Eres bello, un ser de luz" "En tus vidas pasadas fuiste un príncipe, por qué ahora no?" ¡Fruslerías!
Y mientras, la vida. Por eso en el colegio me opuse siempre darles a leer toda esa basura a mis alumnos. A veces tuve que tranzar (pido perdón al curso que una vez les di a leer Juan Salvador Gaviota), pelearme con el profesor de antropología porque les daba a leer a los muchachos Juventud en éxtasis y los alumnos decían que yo era malo porque los hacía leer La vida es sueño... ¡El monstruo era el profe de antropología, no yo! Y por horroroso que parezca, he visto colegas que justifican la lectura de esos bodrios con tal de que los niños lean... eso es como decir "No importa que solo como papas fritas, con tal de que coma" Dios nos libre.
Solo hay que subirse al metro a la micro para ver qué leen las personas... eso habla muy mal de nosotros, no solo por la calidad de lo que leemos, sino porque debemos estar muy mal como sociedad si esperamos encontrar las respuestas a nuestra insoportable rutina de respirar todos los días en esos libros. Si al menos la gente buscara en la Biblia, digo para no pagar por una mala copia de cosas que estaban allí hace tanto.
La verdad, amigos, la autoayuda no es para ustedes ni para nadie. Es solo un negocio y muchos pagan por escuchar lo que quieren, es engaño. La literatura, la de verdad, no esta plagada de finales felices ni de respuestas, es más, la literatura está sembrada de dudas, dudas que te obligan a pensar, a reflexionar, a hacer latir tu corazón.
La autoayuda es como la música pop o las teleseries, hechas para dejar contentos a todos. Si quieres escuchar que eres bello, hermoso, un ser de luz, párate frente al espejo y dítelo tú mismo. Pero acuérdate que afuera siguen matando gente en las guerras, los niños se mueren de hambre mucho más cerca de lo que crees y tú estás lleno de deudas y no le encuentras el objetivo a tu existencia. Y ningún libro te va a salvar de la responsabilidad que en todo ello te cabe. La insoportable responsabilidad de seguir viviendo.
Vale.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Porque votaré por Frei a pesar de querer votar por Arrate (o no siempre se hace lo que se quiere sino lo que se puede)



Quizá muchos de los que lean las siguientes líneas puedan tildarme de cobarde o inconsecuente. Y se los concedo. Mucho de eso hay realmente. Pero necesitaba desahogarme aunque fuese a través de la escritura de unas pocas palabras en este mi querido e impopular blog.
Sí, como el largo título lo señala, quiero dejar por escrito y para la posteridad (que espero llegue más allá del 2012) las razones del porqué mi voto en diciembre serán para el senado Frei y no para el ciudadano Arrate, a pesar de que me gustan más la mayoría de las ideas de Arrate. Vengan entonces las razones:

  • No quiero a la derecha en el poder. La derecha, para mí, representa lo peor que los seres humanos puedan llevar dentro. Como el empresaurio Piraña lleva la delantera, no quiero arriesgarme a que gane en primera vuelta, ergo votaré por quien va segundo... Frei.
  • Mismas razones que el punto anterior, solo que, si bien Frei va segundo, MEO le pisa los talones. No me gusta MEO por travesti político e inconsecuente (aunque me gusta infinitamente más que Piraña), por lo tanto, no quiero arriesgarme a que pase MEO a segunda vuelta... luego voto por Frei.
  • Arrate y su plan de gobierno, se acercan mucho a lo que sueño y quiero para Chile, sin embargo, parece que la mayoría de los chilenos no piensa igual, y los años de campaña del terror y de desprestigio de la política le han lavado el cerebro a muchos de los electores. Arrate ojalá saque más de 10% de los votos, pero será muy difícil realmente, que sea una verdadera alternativa de gobierno a corto plazo... mi voto por él sería una sanción moral para la derecha perversa y una sanción para la Concertación que no ha podido (y quizá querido) hacer cambios más profundos y democráticos en Chile. Aunque si Arrate saca más de 10%, la derecha se mea de susto...
  • Si Frei pasa a segunda vuelta, le gana a la derecha (siempre y cuando su equipo no se siga pisando la cola). Con Frei, que parece arrepentirse un poco de el neoliberalismo con que gobernó en los 90, al menos tenemos la garantía de la continuidad de las políticas sociales, de proyectos para una nueva constitución y fin del sistema binominal (lo que devolverá realmente al pueblo el derecho de elegir) y la no privatización de Codelco y otras empresas estatales emblemáticas. Además, no convertirá a Chile en un estado policial como quiere la derecha. Frei no me seduce del todo..., pero es muuuuuuchiiiiisimooooo mejor que la derecha avara y egoísta.

Espero que la Concertación (que después de todo, sumando y restando, le ha hecho muy bien a Chile) aprenda la lección a partir del susto que está pasando ahora. Que se renueve y se abra más a la gente y la corte de querer quedar bien con todos. Tanto abracito en la ENADE y tan poco cariño para la CUT y los sindicatos, obvio que le iba a pasar la cuenta.
Y respecto a Arrate, creo sin lugar a dudas, que es el mejor candidato del momento. ¡Cómo hemos subestimado la importancia de un buen orador! ¡La cultura y la consecuencia! Arrate representa muchas de las cosas que los chilenos queremos, pero que lamentablemente no podrán ser dentro de poco. Llegarán, sí, pero tardarán. Demorarán, sobre todo, porque la derecha es demasiado grande y fuerte (es un monstruo grande y pisa fuerte) gracias a la constitución y el sistema que dejaron arreglado en dictadura, pero el hecho de que una candidatura como la de Arrate sea la que crezca más rápido, demuestra que una nueva luz se está abriendo en el camino.
Ojalá pudieramos votar solo con el corazón. Pero hoy, hay que hacerlo más con la cabeza.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Colusión por el cambio II: Planes estratégicos...




Para: Tatán Piraña (givemeallthepower@lan.cl)
de: C. Espejo (xenofobos666@udi.cl)
C.C.: R. Hinzpeter (smithers@lyd.cl); P. Longueira (jaimemehabla@udi.cl); J.A. Kast (hitlertenialarazon@udi.cl); C. Larraín (tatakamon@rn.cl); J.A.Coloma (nopongolaestrellayque@udi.cl) J.Piraña (yolesquitelapension@chicagoboys.com); J.M. Aznar (quierosercomobush@pp.es); D. López (soyeltata73@hell.com); Negro (papurri_quiero_el_fondart@entrenegros.cl)

Querido amo:
Tengo el agrado de informarle que ya tengo algunas de las las "ideas fuerza" para los primeros 666 días de nuestro gobierno. Bien sabe, mi lord, que se me encomendó pensar en las cosas menos populares y más secretas para cuando nos hagamos del poder por fin. Es por ello, que ruego ser muy cauteloso con el contenido de este mensaje, el que solo he enviado a una serie de colaboradores de mi más plena confianza, y de la suya, claro está.
Aquí van las ideas fuerza:
  1. Desalojo de los inmigrantes "non gratos": Dentro de los primeros días, nos desharemos de todos aquellos inmigrantes que generen "molestia visual" en nuestros más importantes adherentes. Primero empezaremos con los peruanos indocumentados, para seguir después con los documentados (mediante un DFL), los colombianos, los ecuatorianos, los haitíanos, los argentinos no bonaerenses o sin herencia italiana, y todos aquéllos que no cumplan con un estándar deseable de blancura de la piel. Debe incluirse en el presupuesto 2011 del Minindancia, dineros necesarios para los "campos de espera" donde agruparemos a todas estas personas mientras son deportadas. 
  2. Eliminación de grupos que atentan contra la moral y las buenas costumbres de la gente como uno, es decir, gente bien: Desde el 2011, comenzará la erradicación paulatina, pero sistemática, de todos aquellos enclaves que dañan nuestra sagrada moral cristiana apostólica y, por sobre todo, romana. Mediante el plan que por ahora llamo "Pisagua" y que va en un documento adjunto, serán extirpados los cánceres del homosexualismo, la vagancia (eso incluye a los gitanos), pseudo artistas amorales, ecologistas, etc. Continuaremos, en pos de la paz social, con los sindicalistas, comunistas, periodistas no afiliados, dirigentes sociales que no pertenezcan a nuestros sacros partidos, curas rojos y obreros, etc. Recordar incluir en presupuesto 2011 y 2012 dineros para balas, palas, rieles, alambres de púa, e insumos afines.
  3. Amnistía general para violadores de los DD.HH.: Como el punto anterior, bajo el pretexto de la necesaria paz social y la mirada hacia el futuro y no en el retrovisor, haremos cumplir la ley de amnistía que durante el gobiernos del Inmortal fuera redactada por ese gran hombre que fue el fiscal Torres. Todos los grupejos de familiares de DD.DD y de supuestas víctimas de DD.HH. serán disueltos por el solo ejercicio de la ley y sus miembros perseguidos por la fuerza pública si persisten en su lucha anacrónica. Para ello, propongo la creación de una policía política secreta, llamada Perseguidor Manuel Contreras, que ayude a mantener la paz del país.
  4. Toque de queda para la Paz y la Seguridad Ciudadana: En vista de que nuestra campaña del terror a través de los medios de comunicación que manejamos desde hace décadas surtió efecto, instauraremos el toque de queda a partir del segundo semestre de nuestra tiranía reinado gobierno. Los argumentos que se darán a la chusma inconsciente son: es por el bien de todos, se prevendrá la delincuencia, los maridos, jóvenes y niños estarán temprano en casa, etc, etc. Solo aquellos ciudadanos que acrediten una renta mensual líquida no inferior a los 999.990 pesos podrán salir a la calle después de las 22 horas, pues ellos no necesitarán robar. Este plan está lleno de beneficios: trabajadores más descansados para la explotación diaria, bombardeo de basura farandulera por la TV a partir de las 22 horas, fin de manifestaciones perniciosas como teatros y lugares de reunión y posibilidad de que la gente como uno se mueva por la ciudad sin temor a que un roto lo asalte en la calle o le quite su BMW. 
  5. Verdadera y profunda reforma educacional: Paulatinamente, se eliminarán de todos los colegios públicos (que también serán eliminados más adelante) y particulares subvencionados, todas aquellas asignaturas inútiles para los hombres y sus mujeres del futuro que queremos construir. Asignaturas que no están dentro de la PSU, que será el fin último de la educación, y el instrumento que decidirá el futuro de la mano de obra del mañana. Las asignaturas eliminadas serán: filosofía, literatura, artes, música, danza. Las que serán reemplazadas por más horas de matemáticas, contabilidad, finanzas, redacción informativa. Se instalarán cámaras en cada sala de clases para supervigilar el cumplimiento de los altos ideales de esta reforma. Además, se imprimirán cientos de afiches para diarios murales con consignas educadoras como "La guerra es la paz" "Libertad = esclavitud" "Ignorancia es fuerza". Parte importante de esta estrategia es que se entregue la administración de las universidades estatales a un grupo de universidades de gran prestigio y bajo nuestro control: La U de Chile a la del Desarrollo, la USACH a la Finis Terrae, la U de Concepción a la Adolfo Ibáñez, etcétera, etcétera.
Por ahora, eso. Espero que sea de vuestro agrado, mi Führer. Espero su respuesta con sugerencias y correcciones.
Atte. Cristiancito.

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Adj.:
plan_pisagua.doc

viernes, 6 de noviembre de 2009

Presencia de Dios



Desde hace un tiempo, como puede haber notado quien leyese este blog, mi fe había estado experimentando diversos tipos de problemas, originados también en los diversos problemas que día a día había estado teniendo en la vida personal y laboral. Con todo, vine a dar con una depresión pos estrés bastante molesta que no me dejaba ver el sol y que me tenía lleno de achaques y dolores, principalmente del alma, que sin duda, son los peores.
Para intentar sanar, debía alejar la causa de mis problemas, que en ese momento, pensé ilúsamente, se debían mayormente a mi trabajo. Trabajo que ya no disfrutaba, en el cual era tratado por muchas personas injustamente y que, además, había perdido completamente el sentido para mí.
Pues bien, después de varias horas de psicólogo y conversaciones espirituales con curas, con amigos y amigas, con la familia, con mi polola, con gente que no conocía y me encontré por ahí, empecé lentamente a sentirme un poco mejor y a desear hacer nuevas cosas, cambiar de alguna manera, volver a creer.
Un viaje. Sí, un viaje. Salir aunque fuese por unas pocas horas de lo cotidiano, conocer nuevos lugares, respirar otros aires. Y, como además debo buscar con urgencia un nuevo trabajo, junté las dos cosas y salí de Santiago abordo de un tren rumbo al sur: Concepción era mi destino.
Qué hermosa ciudad es Concepción. Y qué maravilloso fue recorrer en tren los pueblos vecinos a la ribera del Biobío. Pero no es de aquello de lo que quiero hablar en esta ocasión, sino de lo que bien resume el título de esta entrada: de la presencia casi siempre desapercibida de Dios en nuestras vidas.
Si no es Dios, ¿Cómo puedo entonces explicarme cosas como las que me ocurrieron? ¿Solo gracias a la coincidencia? ¿Al azar?
San Rosendo. Por este pequeño pueblo debían pasar los trenes a y desde el sur y los que tuvieran como destino Concepción. Hace unas décadas, un importante centro de tranporte; hoy, casi solo ruinas. Pues bien, esas ruinas me interesaban y fui a visitarlas.
Allí, entre humedad y vegetación, los rieles se oxidan, los viejos coches, automotores y locomotoras enmohecen y la casa de máquinas augura una estrepitosa caída sobre sus pilares derruidos. Varios megabytes de fotos me dediqué a sacar entre esos parajes que el hombre quiso dominar y que la naturaleza está cobrando otra vez para sí. Y no había nadie más allí. El pueblo, sobre el cerro, permanecía mudo. No había otros nostálgicos sacando fotos. Solo el río imperturbable, el cielo y viento. Y muchos caminos, muchas direcciones que tomar... y sin embargo, opté por una, por un costado de la ruinosa casa de máquinas y lo que debió ser la vivienda de quienes habitaron allí. Una vivienda que debió ser hermosa. Y de pronto, un gemido, dos. No son humanos. Ladran. Perros. Perros que gimen  y lloran. Y sigo adelante y los busco.
En lo que debió ser el subterráneo de la vivienda, dos cachorros gimen desesperados. Son solo piel y hueso. Cuánto tiempo habrán estado ahí, sin comida, sin agua, sin calor. Qué perversa alma pudo abandonarlos así, dejando a la cruel hambre actuar sobre ellos. Hay que sacarlos, salvarlos. Pero yo no estoy solo. Podía haberlo estado, pero no lo estoy. Ella está conmigo. A pesar de que no era la idea original, ella ha venido conmigo. Y entre ambos, formamos una cadena. Y ella baja, toma los cachorros, los sube. Yo la subo a ella. Yo no iba a traer comida, pensaba comprarla. Pero ella si trajo, la preparó y ahora se la damos a los perritos. Comen deseperados, ávidos. Lo que comen es la vida que alguien quiso quitarles. Nos alejamos de allí.
Mi ánimo se ha estragado. Siento que regresa la rabia, la pena. ¿Qué ser humano puede actuar de tal forma? ¿Con tanta crueldad ante la vida? Pero algo ha cambiado, pues ya no pienso tanto en eso como en el hecho de que yo, ella, ella y yo estamos ahí, y pudimos no haber estado. Y ahora esos perritos tienen una oportunidad de vivir, de crecer. Y yo, cesante, enfermo, amargado crónico, no debería haber estado ahí, en San Rosendo, un miércoles 28 de octubre. Pero estaba, sin más razón que la fantasía de buscar un trabajo que nadie ofrecía y las ganas de tomar fotos al pasado.
Y parado entre dos rieles, viendo comer a esos cachorros, recordé que tantas veces habían pasado cosas así. La examen para el que no pude estudiar y se canceló; la micro que se me pasó y la viejita perdida en la capital que tuve que ir a dejar a su casa; la pareja de mapuches que no encontraban a su hermano y que fueron a dar al almacén de mi mamá... y tantas cosas más, tantas que no pueden ser solo la coincidencia.
Hace unos meses le dije a una amiga que necesitaba creer que las cosas pasaban por algo. Mi vida carecía de sentido si todo lo que ocurría no tenía una razón de ser, aunque fuese incomprensible para nosotros. Quizá nuevamente estoy pecando de ingenuo, o de loco, o simplemente me estoy sugestionando. Pero quiero creer que Dios se manifiesta en esas cosas tan "absurdas" como dos perritos que ahora estarían muertos si un profesor santiaguino no hubiese dejado de creer en Dios y en su trabajo, mandara todo a la mierda, renunciara, se sintiera pésimo, quisiera encontrarse a sí mismo, tomara un tren sin objetivo aparente, se fuera a sacar fotos a San Rosendo y encontrara a dos perritos que podrían estar muertos. Sí, podrían haberlo estado, pero no lo están.
Por esta vez, me permitiré creer.


domingo, 1 de noviembre de 2009

Anti Jálogüin




Debo confesar que pocas cosas me molestan más que la estupidez "conciente" de la gente, o por así decirlo, el que las personas de dejen meter el dedo (y varias cosas más) en la boca sin decir ni "pío". Y es precisamente eso lo que me pasa con el tan mentado jálogüin aquí en Chile. Como pueden ver, me he tomado la libertad de castellanizar la palabra, porque ya casi es "nuestra", la hemos aceptado como lo más normal del mundo, como la Navidad, la Pascua o el 18.

Pensar que hace unos años, una alcaldesa farandulera se la impuso a su pueblito de Pelarco, como si se tratase de otra fiesta huasa más y se maravillaba de ver a eso simpáticos "rotos" disfrazados de fantasmas, brujas y zombis. Y ni nos dimos ni cuenta cuando los medios nos la metieron a la fuerza, principalemente a través de las débiles mentes de nuestros niños. Medios de comunicación masiva ávidos de recibir el dinero que sus amos, los grandes empresaurios, les darían por publicitar sus productos: calabazas (ojo, no zapallos) de plásticos, dulces de colores antinaturales, máscaras de tolueno, disfraces basura... comenzaba la fiesta.

¡Con horror, pude ver que hasta colegas de kínder y básica les celebraban el jálogüin a los niños en el colegio! ¡Colegio Católico además! Y no faltaban los pelotudos adultos que se disfrazaban para hacer fiesta... total, para tomar siempre hay una excusa.

De más está decirlo, pero nuestros amorosos padres chilenos, que con tal de que el hijo se deje de hinchar, le compran disfraces y hasta los acomnpañan a molestar a los vecinos gritando frente a cada puerta: "¡Dulce o travesura"! y ay del vecino que no dé dulces, mal vecino, mal chileno, apatrida y amargado de mierda...

¡Cómo podemos ser tan imbéciles! Si al menos fuese algo bueno, positivo o guardara alguna relación con nuestra cultura... pero no. ¿Es la muerte buena? ¿Son buenos los cadáveres? ¿Las brujas? Estoy seguro que si les arrojo una araña de verdad a los amorosos niños que molestan fuera de mi casa, saldrían despavoridos, pero bien que se echan encima esa telaraña en espray.

¿Hasta cuándo permitiremos que nos pasen a llevar así como pueblo, como cultura, como nación? ¿Cómo podemos permitir que nos quiten lo nuestro y nos impongan algo ajeno y más encima, lo agradecemos? Bien podrían decir nuestros ancestros que somos mucho más yanaconas que mapuches y mucho más yanquis que españoles...

¡Odio jálogüin!

miércoles, 21 de octubre de 2009

Síndrome Gregorio Samsa



Una mañana, después de algunos años de hacer clases, Felipe se despertó convertido en un horrible insecto. Estaba echado en su cama de espaldas y al mirar al techo pensó "¿qué me ha pasado?". La verdad, había notado hacía tiempo la lenta metamorfosis que experimentaba, sobre todo en las mañanas, al mirarse en el espejo del baño. A través del cristal empañado, podía distinguir las incipientes antenas que ocultaba su cabello y el extraño endurecimiento de su espalda, que lentamente iba formando una especie de espantosa y negra caparazón. 
Intentó ponerse de pie, pero las fuerzas no lo acompañaron. Sentía que no tenía el control de su nueva forma y le resultaba sumamente difícil coordinar las delgadas y negruzcas patas que en tríos brotaban de sus costados. Sin embargo, desde su posición, podía ver el reloj que ya marcaba las seis menos diez. "Llegaré tarde". Pensó, e intentó nuevamente bajar de la cama, mas fue tan inútil como el primer intento. "Y si llamo al director y le digo que estoy enfermo?" El teléfono yacía gris sobre el escritorio. "Después de todo, el director tendrá que entender" reflexionó. Pero Felipe sabía que eso no ocurriría. El director no entendería sus razones y aunque aceptara que Felipe estuviese enfermo, dudaría y probablemente buscaría el modo de desacreditarlo, calificándolo de flojo o aprevechador. Por
tercera vez trató de salir de la cama, y con todas sus fuerzas consiguió girar de costado, pero se arrepintió demasiado tarde, pues solo logró caer con fuerza y de mala forma, lastimádose una de sus patas y la cabeza, de la cual manó un líquido viscoso y negro que incluso a él causó algo de repulsión. 
"¿Qué más puedo hacer" se dijo y simplemente dejó pasar el tiempo. 
Cerca de las siete, sintió que subían por las escaleras. "Seguro que ha de ser mi madre, que notó la hora y está preocupada porque no me he levantado" pensó. 
"¿Estás bien, Felipe" escucho que preguntaba detrás de la puerta. Intentó contestar, pero al instante se dio cuenta de que ya no emitía palabras, sino solo rugido, gritos y gruñidos initeligibes. Su madre abrió la puerta y horrorizada ante el aspecto de su hijo solo atinó a gritar y luego se desvaneció entre lágrimas. Al ver aquello, Felipe intentó ayudar a su madre, arrastrándose como pudo hacia ella, pero al instante también acudió su padre, su hermano y su hermana. La hermana socorrió a la madre, mientras que el padre y el hermano a bastonazos hicieron retroceder hasta un rincón al atribulado y adolorido Felipe, que consciente de la situación, no podía aún explicarse lo que le ocurría...


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... Lentamente la metamorfosis de Felipe se fue haciendo algo rutinario en el hogar. Y el mismo Felipe se fue acosumbranndo a ella. Había recobrado el dominio de su cuerpo y se divertía escalando las paredes o colgándose del techo. Por supuesto que ni el director ni nadie de quienes tenían poder y control sobre él, había entendido o querido comprender siquiera su situación, a pesar de que sus alumnos no terminaban de entender qué había ocurrido con su profesor. Algunos lo culpaban de su transformación, tildándolo de débil y fracasado; otros, en cambio, solidarizaban con él y señalaban que las largas horas de trabajo, la rutina y su absurdo idealismo habían terminado pasándole la cuenta. Los más, sin embargo, simplemente se acostumbraron pronto a su reemplazo: una mujer descuidada y sin escrúpulos que solo se limitaba a dejar contento al director en sus caprichos educativos.
La antigua habitación de Felipe también había cambiado. Ya nadie la aseaba (su hermana le ayudaba antes), los muebles y la cama estaban en completo desorden y el polvo, los papeles y los restos de comida se repartían por todo el piso. Al principio, su hermana visitaba a Felipe a diario e intentaba comunicarse con él, y él lo agradecía, pero resultaba inútil, pues ella era incapaz de entenderlo. Finalmente, optó por la decisión sabia del resto de la familia: lo echó al olvido. Sin embargo, amablemente, siguió arrojándole algunas sobras de comida que Felipe agradecía sinceramente. Por alguna razón la comida rancia se había tranformado en su favorita.
Claro está que al no poder volver a su trabajo ni poder seguir pagando sus deudas, Felipe complicó de sobre manera la ya difícil situación económica de la familia, obligando a todos sus integrantes a prescindir de los pequeños gustos que podían de vez en cuando darse, y a tener que trabajar en todo lo que pudiesen para juntar algo más de dinero. Y aunque su familia no lo sabía, todo ello provocaba una profunda tristeza e impotencia en el alma de Felipe, que encerra en susu habitación era testigo silencioso de los esfuerzos familiares y recordaba con angustia los tiempos en que él le era útil a su familia y podía ayudar a sus hermanos y pagar cuentas y, a veces incluso, invitarlos a salir. Todas estas penas, iban debilitando cada vez más la salud de Felipe, que se sentía cada a vez más enfermo, aunque nadie lo notara...

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... Después de casi un año, una noche de lluvia y frío, Felipe se acercó lo más que pudo a la puerta de su habitación. Desde allí pudo escuchar la conversación y la risa de los miembros de su familia que cenaban felices en la planta baja de la casa. Hubiera querido estar con ellos, como antes, pero no podía, porque él ya no era el de antes y, por lo mismo, no provocaba otra cosa que repulsión y desprecio en quienes amaba. Sentía un frío atroz y hacía días que no comía. Una de sus patas, la que se había herido el día de su tranformación, nunca sanó, y es más, se infectó horriblemente, supurando un pestilente líquido a toda hora. Casi sin fuerzas, logro echarse bajo lo que fue una vez su escritorio y se acomodó entre la basura del suelo. Cerró los ojos y deseó vehementemente que todo terminara pronto...


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La familia pudo al fin descansar después de una larga y angustiosa agonía. Al fin el futuro se veía esperanzador y las cosas sin duda mejorarían. Quién podría culparlos por sentirse aliviados después de que se les quitase tal peso de encima. Al fin, decidieron dedicarse un día a la recreación y se fueron a pasear los cuatro por la ribera del río. Mañana, volverían a pensar en los afanes de cada día, pero hoy disfrutarían de sentirse cada vez más contentos.



domingo, 18 de octubre de 2009

"El tiempo, el implacable, el que pasó". *




Ya tarde se sentó frente al computador. Había terminado el día. Un día más como tantos otros, monótono e intrascendente. Otra hoja más en el calendario, otro año más como los anteriores. Se sentó a oscuras frente a la pantalla del computador que iluminaba débilmente la habitación. ¿Habría, en ese mismo instante, otros hombres como él, sentados solos y a oscuras en su habitación? De qué le habían servido tantas y tantas preguntas que nunca encontraron respuesta. Se sentó a oscuras a meditar, a recordar. Recordar se había transformado en su ejercicio favorito, y tantó llegó a recordar, que muchas veces sintió miedo de que sus recuerdos no fueran más que invenciones y engaños del corazón.
A oscuras, sentado frente al computador, suspiró por los sueños que murieron sueños, por los ideales apartados por el día a día, por el amor que lo desangraría y que nunca llegó. Una lágrima apareció al recordar al niño que jugaba solo en el patio de sus abuelos, con tapas de ollas, con envases vacíos, con pequeñas hojas de papel roneo que le daba su abuelo. Recordó también al adolescente siempre enfundado en su uniforme de liceano que fue. Tardes y tardes de soledad después del colegio. Solo los libros y la radio por compañeros, por amigos. ¿Sabría la gente cuán solo puede sentirse un joven? Otra vez las preguntas... y mientras otros besaban, él contemplaba los besos de otros. Los leía en libros, los veía en películas. Y se pasó la juventud besando Dulcineas, Beatrices, Amarantas y Marías. "Solo Dios sabe si existen, Sancho".
Después, por unos cortos años creyó conocer la grandeza del hombre, el esplendor. Sí, había un mañana, un futuro. Y se sentía alegre bajo añosos árboles y derruidas salas de clases. Feliz de escuchar a los profesores y tener amigas, muchas amigas. Y reir y reir y reir. Y conversar, pensar, discutir, amar. "Construiremos algo grande, seremos partícipes y no espectadores" Cuán iluso fue.
Ahora, ahora mismo, él está sentado solo, cansado y a oscuras frente al computador. Ha pasado otro año y no le quedan más que recuerdos felices. Ya no hay risas, ni sueños. Porque él ya no sueña. Algo se quebró. Su único anhelo es la evasión, la melancolía. Él, a oscuras, ya no se siente él. Y así, sentado en la oscuridad de su habitación, se duerme.
Mañana, otro día más y a envejecer.

*Título de una canción de Pablo Milanés.

sábado, 3 de octubre de 2009

Colusión por el cambio.



A.A.: Siendo las 3:33 de la mañana, se abre la sesión en nombre de Dios...
(Risas)
A.A.: ¡Silencio! Tenemos mucho que discutir, así que hay poco tiempo para reir. Las cosas no están tan cocinadas como creímos... el debate no fue lo que esperamos, sinceramente.
C.L.: ¿Y qué esperabas? Ese narigón memorión...
R.H.: Calma, calma. No se sulfure Carlos. Mire que se va arrugar más y con razón le van a seguir diciendo momio. Simplemente hay que seguir con la estrategia. Negar y negar. Si algo aprendí en mis MBM y mis PHD en los más prestigiosos college en yuesei es que los chilenos tienen pésima memoria...
Todos: ¡Aleluya, amén! ¡Aleluya, amén!
C.L.: ¿Usted cree, Rorrito?
R.H.: ¡Ofcorse, don Carlos! Sí no, pregúntele a Evelyn...
E.M.: ¿Qué pasa conmigo?
R.H.: Nada, nada, guachita. Pero, ¿Te suena de algún lado una radio Kioto?
E.M.: Eh... déjenme pensar... ¿Me la regaló mi papá?
R.H.: No lo creo. ¿Quizá un señor dueño de un canal?
E.M.: ¿Seba?
R.H.: No, loquilla. Un caballero que ya está en el Santo Reino.
(Más risas)
E.M.: Este... no. Nada.
R.H.: ¡Ve don Carlos!
C.L.: ¡Macanudo!
R.H.: Como decía mi inspirador, Joseph Goebbels: "Miente, miente, que algo quedará".
(Vítores espontáneos y risas macabras entre el público)
A.A.: Ya, ya. Basta. Queda mucho por hacer todavía. El desalojo peligra si nos confiamos. Y no podemos perder, miren que ya compré las pintura para mi nueva oficina en el Ministerio del Interior: negro oscuro...
P.L.: ¡Epa, Andrecito! Ya habíamos conversado...
A.A.: Usté lo dijo: CON-VER-SA-DO. No A-COR-DA-DO...
C.L.: ¡Qué soberbio spelling!
A.A.: Gracias (sonrojado)
P.L.: Miren, la cosa era así: si el presi era RN el ministro del interior era UDI y viceversa...
(murmullos)
R.H.: Amigos, no nos entrampemos en las viejas discusiones de siempre. Ya habrá tiempo para la repartija después del desalojo...
P.L.: ¡Claro! Como tú ya tienes asegurado el ministerio de propaganda...
R.H.: Se llama Secretaria general de la presi...
S.P.: ¡A callar!
(El público se arrodilla y colocan la frente y las palmas en el suelo. Los de la testera saludan extendiendo el brazo derecho)
R.H.: ¡Amo y señor! No lo esperábamos aún...
S.P.: Así veo, ineptos. Con razón no subo en las encuestas. Ustedes solo se dedican a repartirse la torta. Hagan como yo... no repartan.
C.L.: Sabias palabras, milor. Bien decía mi santa madre (risas muy bajas) que no es bueno limpiarse el popó antes de obrar.
S.P.: ¡Tatsrait, Charles! Gracias a su incompetencia, me vi muy mal en el debate...
P.L.: (entre dientes) y gracias al cirujano plástico también...
S.P.: ¿Cómo dices, Pablito?
P.L.: No, nada.
S.P.: Más te vale. Mira que ese ministerio ya tiene tu nombre...
A.A.: ¡Pero Seba!
S.P.: ¡Shatap! Aquí el que tiene el billulo manda y ese soy yo.
Todos: ¡Aleluya, amén!¡Aleluya amén!
S.P.: ¡Muchachos, la contienda es desigual! Si no, ¡pregúntele a Arrate!
(Risas demoniacas y febriles de la concurrencia)
S.P.: Ya, fuera de bromas, hay que parar la chacota. MEO me jode con lo de las platas de campaña y el Narigón delator sacando cosas de mi pasado. Esto puede salirse de control. Sin contar que la mamá de Chile no deja de crecer en las encuestas. Es por eso que he ordenado a mis esbirros en CHV, COPESA y EL MERCURIO que insistan en nuestras ideas fuerzas de campaña: la delicuencia, la puerta giratoria, la cesantía.
R.H.: ¡Sí, amo, sí! Hay que insistir en eso de los problemas reales de la gente. Nada de cambios constitucionales, reformas laborales, crecimiento del Estado...
(El público se estremece ante la pronunciación de la última palabra)
Todos: ¡Líbranos, Señor, del Estado!
S.P.: Gud, gud. Eso es. ¡Pronto los sith volveremos a gobernar!
Todos: ¡Ñaca, ñaca, ñaca! (Cantan)¡AFP sí, Estado NO! ¡Isapre sí, Fonasa NO! ¡Empresarios sí, Políticos NO!

(To be continued...)

viernes, 25 de septiembre de 2009

Malos sueños



Como sueño era curioso, porque estaba lleno de olores y yo nunca sueño con olores... No, esperen, creo que eso ya lo ha escrito alguien antes. Bueno, de todas formas era curioso, extraño. Mis sueños hace un tiempo han estado así, por decir lo menos. Hoy me cuesta dormir y antes me quedaba dormido en los momentos más inoportunos.
Pero no quiero desviarme. Este último sueño me ha dejado de sobre manera excitado, nervioso, angustiado. Siento que necesito cojurarlo de alguna manera y la única que se me ocurre es contándolo.

Era ya de noche. No recuerdo cómo llegué a un almacén. Había luz dentro, pero parecía como de vela o de una ampolleta de pocos vatios. Las paredes del lugar eran de un color verdusco mugriento. Todo el ámbito estaba plagado de un olor dulzón, similar al de las heridas infectadas. Sabía que allí debía haber estado mi familia, algunos amigos, alguien conocido y querido, pero sin embargo el lugar estaba vacío. Busqué por todos lados, llamé en voz alta, pero no contestó nadie. Mi ansiedad iba en aumento. Afuera, a través de las pequeñas ventanas, solo se veía un profundo negro del la noche sin estrellas, sin luna, sin nada. Volví a repasar con la vista el sitio, buscando algún vestigio de mis seres queridos, pero nada. Como siempre en estas situaciones, intenté tranquilizarme, racionalizar. La única conclusión: se trataba de un sueño. Solo debía despertar, varias veces lo había hecho antes. Bastaba con desearlo y ¡plaf!, los ojos abiertos y la tranquila soledad de mi dormitorio.
Sin embargo, esta vez no pude. Era como si unas cadenas, un peso enorme, unas manos gigantescas me impideran mover mi cuerpo, abrir los ojos. Sé que estuve a punto de lograrlo, porque alcancé a escuchar los ruidos de quienes estaban despiertos cerca; música a lo lejos, el ladrido de un perro, risas... mas mis ojos seguían cerrados y yo retornaba a la penumbra del almacén, rodeado de cajas ocres, frutas descompuestas, el repugnante olor de la peste...
Me desesperé. Sabía que estaba dormido y no podía despertar. Volvía a cerrar los ojos en el sueño, anhelando abrirlos y estar despierto. Otra vez casi lo logro, la música... la risa... el almacén. Allí seguía parado, ya presa del pánico. Y aun lo peor estaba por venir.
Algo estaba detrás mío. Lo sabía. Me observaba. Empecé a temblar. No quería darme vuelta y, no obstante, una fascinación se apoderó de mí. Comencé a girarme lentamente y allí estaba. No me pidan descripciones porque no puedo darlas. Mi cerebro no era capaz de armar, ordernar racionalmente lo que estaba viendo. No podía describirlo, pero sabía lo que era: el diablo.
No intenté escapar. Sabía que era inútil. Solo inentaba deseperadamente abrir lo ojos, o cerrarlos o gritar. Nada. Las lágrimas me corrían por la cara profusamente. Y empezó a reir, a reir, muy despacio. Casi no se podía oir su risa, pero reía, se reía de mí, de mi deseperanza, de mi soledad, de mi ausensia de Dios...
¿Por qué busqué tanto y no pensé en Dios?
El mismo que estuvo junto a mí tantas y tantas veces antes, a quién sentía tan cerca, tan a mi lado hace algún tiempo.
La voz de mi madre me despertó. "Levántate" me dijo. Lo agradecí en silencio.

Ahora, tengo miedo de dormir. Pero lo raro, es que no tengo miedo de volver a esa horrible pesadilla, sino de encontrarme en mi sueño con Dios. Es absurdo, pero me siento como el hijo que debe conversar algo muy serio con un padre severo. Me da miedo rezar, porque no sé que decirle a Dios. ¿Pedirle ayuda? Creo que no la merezco... ¿Pedirle perdón? ¿Pedirle consejo? Pedir y pedir... siempre pedir. Qusiera pedirle que me escuche, pero más importante, que yo pueda escucharlo... sentirlo como antes (aunque hasta de eso dudo ahora). Qusiera que fuera de carne y hueso por unos minutos otra vez y se sentara a mi lado, me tocara el hombro, me diera un abrazo.


sábado, 19 de septiembre de 2009

Frío



Paso las noches en vela
sintiendo el frío.
En mis manos,
en mis rodillas,
en mis pies,
el corazón.

Y siento que la alegría del mudo se contrae
y escapa.
Se funde en nada.
Y yo estoy a la mitad de nada.

Sintiendo el frío
paso la noches en vela.
Viene de mí
de mis entrañas,
de mi cabeza y mi pecho,
y no hay manta, calor ni abrazo que lo aplaque.

El sol es solo otra lámpara mortecina,
colgada del techo gris y húmedo.

El frío me congela,
me vuelve pétreo
y siento que ya nada puede entra en mí.

Dios no es más que un recuerdo,
un eco,
una vibración,
una campana lejana
que ya no me convoca.

Sé que estás ahí,
que existes,
que no te importo.
Por eso me duele haber crecido creyendo en tu Amor.

Ahora estoy compeltamente solo
y no hay ser humano en el mundo capaz de entender mi dolor,
mi frío.
Solo me declaran sus buenas intenciones.
Gracias,
pero no es necesario:
cuando el frío viene de adentro,
no hay estufa,
abrazo,
manta,
sol
ni Dios
que lo aplaque.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La respuesta...

 
Ay, María Paz… tanto quisiera decirte y no hallo las palabras…
Con razón me acusas de cobarde, ¿Cómo voy a enojarme contigo por eso?
Pero estoy enfermo, María Paz, de la peor de las enfermedades: la del alma. Y necesito sanar, porque yo ya no era yo, María Paz. Era, soy aún, alguien que ya no amaba, que no sentía hincharse el corazón con lo que hacía. Estoy lleno de amargura, de pena y tengo la impresión de que mi corazón es algo parecido a un pez negro, que apenas aletea en mi pecho.
Es verdad que escapé, como han escapado tantos otros, desde Héctor perseguido por Aquiles hasta el pobre tipo que un buen día decidió saltar por la ventana del décimo piso. Escapé porque no podía escapar de mí, pero sí del dolor, del cansancio, del hastío. Al menos eso creo… quizá es una inocencia pensar que se puede escapar de esas cosas…
Tienes mucha razón, querida María Paz. Solo en algo te equivocas: no me rendí tan pronto. Dios es testigo de que lo intenté, de que luché por sobreponerme, por levantarme. Pero no pude, María Paz, no pude.
¿Haz sentido, cuando te acuestas, que una enorme piedra te oprime el pecho? ¿Qué un nudo se estrecha cada día, cada hora, cada segundo, más y más alrededor de tu cuello?
Era la angustia, María Paz, la angustia. Y lloraba a todas horas, y deseaba que un tren me pasara por encima con tal de no llegar al colegio, con tal de no escuchar las palabras hipócritas, con tal de no ver las caras falsas, de no sentir sobre mí las miradas de odio, de desdén, de quienes me creían su enemigo solo por no pensar como ellos, por no bailar a su ritmo, por no llevarles el amén.
¿Cuál fue mi pecado María Paz? ¿Podrías tú decírmelo?
Porque para muchos, mi pecado fue querer más de la cuenta. Confiar en las personas. Tener fe en las personas.
Creer que podíamos ser mejores, María Paz.
Creer que había algo más allá de las buenas notas, de las planificaciones, de los planes y programas, del SIMCE, de la PSU…  creer que más allá de todo eso estaban las personas, la solidaridad, la justicia, el amor.
Mi pecado fue ese, María Paz: construir castillos en el aire…
¿Qué más puedo yo decirte María Paz?
Qué bello nombre es tu nombre, María Paz.
Podría decirte que tu mala nota (la única, me parece) fue porque tu edición de los cuentos de Manuel Rojas no era Zigzag, sino Nascimento, si no me equivoco. Y que te enojaste porque yo había dicho “mala suerte” ante tus reclamos. ¿Nunca te pedí perdón por eso? Pues los siento, María Paz, lo siento mucho. Te pido perdón por eso y por todo lo demás. Por irme, por no haber sido más fuerte, pero ya ves que tengo vocación de esponja y no de piedra.
Una última cosa, María Paz. Y créeme, porque si he de decir la verdad alguna vez en la vida será esta vez: mi cariño, mi amor, mi admiración por ti, por el Bastián, por tus compañeros, por tantos y tantos alumnos de tu curso y de otros, es verdadero. Y lo llevo conmigo para siempre, porque como tú dijiste, por más que me esconda no desaparecerá.
Es verdad que ya no volveré. Pero no será el adiós. Más temprano que tarde, con la ayuda del Buen Dios sanaré, y entonces volveremos a vernos, a conversar y tú me contarás tu vida, tus alegría y tus penas, tus logros y tus fracasos, y nos reiremos como antes.
Por favor, perdóname María Paz. Dale un abrazo de mi parte al negro y dile que no se fugue más de la sala con la Dani. También saluda a la María Luz y dile que hubiese querido mucho conocerla más, como a ti. También al Walter y, por supuesto, al Felipe. ¡Qué buen niño es el Felipe!
Sígueme escribiendo, aunque solo sea para demostrarme tu enojo que merezco.
Tú y muchos de los chiquillos del Santo Cura ya no son mis alumnos, eso es verdad. Pero es más verdad que no son mis alumnos porque son algo más que alumnos: son mis amigos.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Mi dolor no es menos...


Me ha costado un tanto acostumbrarme a mi nueva vida de desempleado... bueno, eso y el hecho de estar medio "tocado" de la cabeza y del espíritu. Supongo que sentirse extraño es algo normal después de experimentar cambios tan bruscos como súbitos en la vida. Hace dos semanas, era un profesor con siete años de antigüedad y hoy... hoy ya no sé lo que soy. O tal vez sí: soy un desempleado, un cesante ilustrado. Al menos, lo elegí yo, y no fue tan difícil ante la disyuntiva: o salto del tercer piso del colegio o lo que es peor, tiro a alguien del tercer piso del colegio. Y aquí estoy, con mis años a cuestas, mi dolor de espalda que me parece ya parte del paisaje, mis bruscos cambios de humor, mi apatía criminal, mi pena profunda. 
¿Cuántos años hacía que me levantaba antes de las seis de la mañana? Ya no recuerdo, me parece que siempre. Como me parece que siempre hubiese estado dentro de una sala de clases, ora como estudiante, ora como profesor. ¿Cómo no va a ser raro entonces, levantarse y descubrir que se tiene todo el tiempo del mundo por delante... ? Hoy me sobra el tiempo, pero me faltan las ganas, los objetivos. 
Ahora mido el tiempo no en horas pedagógicas, recreos y campanadas, sino por intervalo entre cápsulas y pastillas, visitas al médico y a las farmacias.
Ahora, mi teléfono suena y suena, pero no contesto.
Ahora recibo mensajes y correos, pero no contesto.
Ahora cierro las ventanas, las cortinas y me escondo.
No quiero ver a nadie... al menos por ahora. Necesito paz por un tiempo, necesito pensar (volver) a pensar con claridad, volver a encontrar el amor por las cosas que amaba y ahora miro con desdén, con abulia. Necesito, quiero, volver a gozar con un libro, con la escritura, con la conversación. Me urge disfrutar los viajes en micro o en tren, imaginar, soñar, reir... reir de verdad, sin esa mueca que se me instaló en la cara hace tiempo, sin darme cuenta cuándo, cómo ni dónde.
Y, sin embargo, no se puede dejar atrás lo vivido. No se puede olvidar el tiempo vivido, no de puede simplemente olvidar el amor, el cariño. Porque sé que el costo de intentar sanar mi ajada alma no fue solo renunciar a un trabajo que hace tiempo me hacía infeliz, sino también renunciar a las personas y a las cosas que quería, que quiero.
¿Por qué? es la pregunta habitual de los mensajes que recibo. ¿Por qué...? Hay tantos  porqués ahora... quisiera decirles a todos mis amigos, mis compañeros que dejé allá, tan lejos me parece ahora, en el colegio, decirles, robándome las palabras de Milanés: "que mi dolor no es menos y lo peor es que ya no puedo sentir..." Sé que el tema de esa bella canción no viene al caso, pero al escucharla, me parece que sí podría equipararla a mi situación. "Por mi parte esperaba que un día el tiempo se hiciera cargo del fin". Así fue, el tiempo llegó al fin.
Y, qué tontería, me pregunto cosas como, ¿qué será de mi tarjeta del reloj control? ¿De mi tazón para el café? ¿De mi estante? ¿De los libros que abandoné? ¿De mi silla y mi chaleco? ¿De la corchetera, los lápices, las fotos, mi timbre?
¿Qué será, Señor, de mí?

sábado, 5 de septiembre de 2009

Un simple papel...



Con un simple papel y un par de firmas, se fueron siete años de mi vida.
Con un simple papel en triplicado
Con un simple timbre
Con un simple "firmó ante mí"
Con la mirada adusta de un notario
Con las paredes limpias, frías, perfectas, muertas
de un céntrico edificio.

Con un simple apretón de manos,
con un "Que Dios lo inspire o que Dios lo ampare".
Con una simple llovizna de cuatro de septiembre
y un vendrán "tiempos mejores".
¿Y lo vivido quién me lo devuelve?
¿Y el cariño quién me lo descuaja?
Y estos años...
¿Para qué estos años?

Y ahora en mi nuca siento el desprecio,
de quienes pronto me clavarán sus tórridas palabras
porque los he abandonado a mitad de la contienda
porque me han derrotado
porque fui vencido
porque estoy quebrado.

¿Y el amor, quién me lo devuelve?
La fluoxetina?
El alprozalam?
El diclofenaco?
La ciclobenzaprina?
El paracetamol cada cuatro horas?

Con un simple papel en triplicado
y mi firma borrosa y corrida
por una gota furtiva
se fueron los años veinte de mi
vida.

domingo, 30 de agosto de 2009

Esta noche



Ha caído profunda la larga noche en mi alma
y siento que la vida me abandona.
No hay línea en el horizonte
y las estrellas no son más que luces muertas y frías.

Para qué vivir esta vida
si las esperanzas yacen en otras vidas
que viví fuera de mí?
Nada es lo que esperaba

Yo no soy yo:
soy otro que murió hace tiempo.
Mi fantasma se me aparece por las noches
y me pena por no ser él.

Mi cadáver se corrompe en una sala de clases,
en los patios,
las oficinas,
la sala de profesores.

Para qué vivir esta vida
si construí mi casa sobre la arena?
Para qué
si la angustía y el vacío
hacen su lecho en mi garganta?

Ya no queda nada!
Ya no queda nada!
tal vez, solo un grito ahogado en la noche
y una ventana cerrada y sola.

Me ha caído profunda la noche
y solo me queda el recuerdo del sol.
Ya nada queda
que no sea vacío, pena y dolor.

martes, 11 de agosto de 2009

Monstruos


No hay peores monstruos que los que uno mismo ha creado. La frase anterior, se aplica plenamente al siempre perfectamente despeinado Marco Enríquez Ominami, alias "MEO" según la prensa chilena, tan ingeniosa como siempre. Y es que si la concertación pierde la presidencia en diciembre, será más por sus errores que por las virtudes (escasas, claro está) de la derecha.
Enríquez es quizá el peor error de la concertación, un monstruo creado por la estupidez de algunos dirigentes, que despreciándolo solo contribuyeron a fortalecerlo. Y siguen fortaleciéndolo. MEO no ganará la elección y dudo que pase a segunda vuelta, pero que ayudará al "gerente" y su pandilla feliz a llegar a La Moneda, no hay ni que negarlo.
Hace solo meses, Enríquez Ominami no pasaba de ser un diputado "lolei" y buena onda que se paseaba para arriba y para abajo con su amigote Escobar... Eso hasta que se le subieron los humos a la cabeza y se le metió la idea de que además de ser pésimo director, podía ser pésimo presidente de la república. Estaba en todo su derecho, y decidió competir, pero no, los idiotas de siempre, que han socavado una y otra vez a la concertación, le dijeron nones, no lo tomaron en cuenta y, estoy seguro, se rieron de él. "¡Qué va a competir este gallo!" "Y a este, ¿Quién lo conoce?" deben haberse dicho entre carcajadas. Idiotas...
Si MEO hubiese participado en las primarias de la concertación, no habría pasado de ser una anécdota, un pequeño bache y todos a trabajar por Frei... pero no. Dale con "ningunearlo", dale con no "pescarlo". Lo inflaron, lo dejaron crecer entre pataleta y pataleta, entre berrinche y berrinche frente a las cámaras acusadoras de la televisión. "Que la concertación es un feudo" "que hay caudillos" "Que no dejan participar" y el show había comenzado.
Para empeorar las cosas, una vez que "Marquito" se instaló en las encuestas y en el inconciente colectivo de quienes no están contentos con la concertación, pero no le creen nada al gerente, en lugar de dialogar, de buscar acuerdos, de llegar a un trato como "Mira, Marquitos, ya que estamos con esas, en buena onda, el que pase a segunda vuelta apoya al otro, ¿Ok? ¡Ok!", siguieron atacándolo, despreciándolo, haciéndolo más grande. Pusieron contra la espada y la pared a su padre, como si no fuera anti natura que un padre no apoyara a su hijo y, para rematar el circo de la estupidez concertacionista, comenzaron a atacar a la esposa de MEO porque trabaja en TVN y, según algunos desgreñados miembros del comando de Frei, eso era poco ético, saltándose el hecho de que casi toda el área dramática de TVN había participado en las campañas desde Aylwin a Bachelet...
Mientras, el gerente y su séquito neoliberal se frotaban las manos y Frei: "Bien gracias, de eso no hablo".
Enríquez, hasta ahora, solo ha demostrado demagogía, transformándose en el digno sucesor de Lavín. Qué más demagogo que un candidato que a propósito de la pena de muerte, dice que "ate dilemas ético y morales, debiese ser el pueblo quien decidiese". Claro, el pueblo es experto en materias éticas y seguramente ocupará su razón y no su corazón si le preguntamos ¿Está usted de acuerdo con matar a los violadores psicópatas asesinos de niñas inocentes? Sobre todo, con la profesional mirada que nuestros medios le dan a las noticias de esta índole.
Con todo esto, solo gana la derecha. La culpa es del chancho, pero también de los que le han dado una y otra vez el afrecho. Los mezquinos egoísmos de unos y los mezquinos intereses de otros, pondrán a los más egoístas e interesados en el gobierno, encabezados por el gerente.
Vale.

domingo, 5 de julio de 2009



El continente de los Simios

“¿Saben la razón por la que en Estados Unidos nunca ha habido golpes de estado?... Porque en Estados Unidos no hay embajada de Estados Unidos…”

Presidenta Michelle Bachelet durante conferencia en Washington.


Hace poco más de una semana, el mundo entero ha sido sorprendido por una noticia que en los albores del siglo XXI aparece casi como increíble. Una especie que se creía extinta desde finales de los años 80 ha sido hallada nuevamente en Centroamérica: se trata del Gorilla anteoculus nigrum Sp., especie, sin duda, no tan majestuosa como la de sus primos africanos, pero sí bastante más agresiva y sumamente territorial, sobre todo, con lo que consideran suyo por derecho propio.


Desde inicio de la década de los 70, esta especie que se había circunscrito siempre a determinadas regiones, comenzó a proliferar de manera explosiva, dejándose ver con inusitada frecuencia y violencia. Unos pocos ejemplares fueron invadiendo diversos países de la región, avasallando a quien osara ponérseles por delante. Es verdad que estos gorilas fueron cobrando fuerza, en gran medida, gracias a la alimentación exagerada que “naturalistas” estadounidenses les proveyeron y que, además, los gorilas se transformaron en las mascotas favoritas de las clases burguesas de los países americanos. A tanto llegó la popularidad de estos gorilas, que en los regimientos y cuarteles de las fuerzas armadas, se tuvo a varios corriendo alegremente por sus patios.

Como los gorilas era fuertes, fueron cobrando más y más poder, tanto que varios llegaron a generales y luego, después de asistir a cenas en la embajadas de Estados Unidos y bombardear algunos palacio presidenciales, se proclamaron presidentes, se colgaron medallitas y se dieron pomposos títulos como “Gorila General en Jefe”, como queriendo emular a los próceres o al Dux. Hay que recordar que nada de esto hubiese sido posible sin el apoyo de ciertos hombres de negocios a quienes los gorilas obedecían secretamente, como criaturas bien amaestradas que eran.


Así, durante los 70 y 80s, los gobiernos tuvieron juntas de gorilas y una serie de homínidos se hicieron cargo de la justicia y los primates del congreso. Inclusive, algunos simios se vistieron de sotana y justificaron las atrocidades de sus gorilas en jefe. Otros macacos (principalmente mandriles) encabezaron los organismos de inteligencia, secuestrando, torturando y haciendo desaparecer a quienes no disfrutaban de observar en cadenas de radio y televisión a los monos que tenían el poder. Tristemente célebre fue “Macaco Contreras” en Chile, que incluso osó poner bombas en pleno Washington.


Pero como nada es eterno, el pueblo de América poco a poco se fue desasiendo de los odiosos simios, a través de los medios pacíficos en que los gorilas no creían. Durante los 90, no volvimos a verlos, aunque sus huellas quedaron, pues aunque desaparecieron los gorilas, quedaron los monos más chicos, pero no por eso menos dañinos. Muchos de estos pequeños simios estudiaron en prestigiosas universidades Norteamericanas sistemas económicos Neoliberales que dejaron huellas de pobreza en sus pueblos, difíciles de revertir. En Chile, incluso, armaron constituciones que les permitían seguir atornillados en reductos de poder.


Pero en Honduras, hace poco más de una semana, los gorilas se dejaron ver nuevamente. Estuvieron escondidos en las mansiones de los poderosos de su país, esperando, maquinando, comiendo bananas. Hasta que les llegó el momento. Entraron a hurtadillas en el palacio presidencial, secuestraron al presidente, los metieron en un avión y adiós con él. Lamentablemente, otra vez, las fuerzas armadas se cuadraron con los gorilas y no con su pueblo, demostrando la predilección de generales y almirantes por los plátanos que les da la alta burguesía.


Afortunadamente, esta vez a los gorilas no les fue tan bien como antaño. No encontraron eco en otros gorilas de la región, y la National Geographic Society con sede en la U.S. Embassy no mostraron interés por estos gorilas del siglo XXI. De hecho, la Organización de Control de Especies Americanas (OCEA), encabezada por el hábil José Miguel Pánzer, ha decretado que está autorizado cazar a los gorilas que intenten salir de las cloacas para tomarse el poder.


Aquí en Chile, hasta ahora parecemos estar tranquilos. Los simios inferiores están felices con el sistema que ellos mismos dejaron anclado y que les garantiza la mitad del senado para ellos. Inclusive, tienen un candidato presidencial que, aunque ha renegado de los gorilas que lo hicieron millonario, sigue siendo un simio como ellos. Con él se prueba eso de que aunque el mono se vista de demócrata, mono se queda.

sábado, 4 de julio de 2009



Carta a Michael Jackson

Michael:

Hay un poema de Nicanor Parra llamado "Aromos", que podría resumir más o menos lo que sentí al enterarme hace unos días de tu muerte. Y es que bien sabe Dios que nunca fui un fanático de tu música, ni siquiera un seguidor mediocre. Nunca compré uno de tus discos, no tengo tus temas en mi reproductor de música ni me aprendí alguna de tus coreografías para intentar impresionar a las personas de una fiesta.

Y, sin embargo, me estremeció saber que habías muerto. Sentí una extraña y recóndita sensación que hasta hace poco no podía explicarme. Recién ahora me doy cuenta de que no sentí pena por ti, Michael, sino que sentí pena porque el mundo en el que crecí, ya no era el mismo sin tu presencia, algo había cambiado para siempre.

Cómo no, si escuchaba tu música en la radio, veía tus videos en la tele, mis compañeros iban con calcetines blancos y un guante en la mano para parecerse a ti. ¡Si hasta había un juego para Sega Génesis en que vestías traje blanco y camisa negra!

Cómo no, si en Pipiripao daban los dibujos animados de los Jackson five, si no importa dónde, cualquier reconoce un tema tuyo al oírlo, si para referirnos a ti en tono de broma llevamos nuestra mano a la entrepierna y gritamos ¡Aau! Cómo no, si Thriller es uno de los mejores y más divertidos videoclips que he visto, y aunque no lo reconozcamos, todo alguna vez habríamos querido hacer alguno de tus pasitos de baile.

Los últimos treinta años, para bien o para mal, el mundo creció contigo allí, con tus dobleces, con tus genialidades. ¡Si hasta mi abuela sabía quién eras!

Bueno, Michael, espero que ahora si encuentres las paz y la felicidad que en la tierra no pudiste hallar. Lamento todo ese trajín de autopsias y funerales públicos y el negocio que los buitres del capitalismo están haciendo con lo que queda de ti. Pero eso, seguramente, ya no te preocupa.

Good bye, Michael.