lunes, 27 de diciembre de 2010

Hágame el favor...



Me cansé.
Me aburrí.
Me choreé.
Me emputecí.
Dígalo como quiera, sé que me entiende.
No dudo que vuestras mercedes han pasado por lo mismo
han experimentado lo mismo,
han sentido en sus pobres huesos lo mismo.
En resumen, me harté de ser el tonto bueno,
el tonto útil,
el chivo expiatorio,
el pañuelo de lágrimas,
el pañol de los consuelos.
Me cansé de tener la culpa,
de resolver las toletoles ajenas,
y prestar los cheques en blanco.
Me sacaron -como decía mi abuelo Q.E.P.D- los choros del canasto.
No respondo más por los errores ajenos,
que por tanto tiempo hice míos
la empatía tiene sus límites, amable lector.
Ya está bueno de pasarme la cuenta,
por lo que no me he comido ni me he bebido.
Córtenla, Vs.Ms, con tenerme pa'la patá y el combo
Y acordárse de mí en las penurias
pero los sábados en la noche na ni na de mi existencia se le viene a la memoria...
total, pasándola bien usté, ¡Qué se mueran los feos!
Todo esto se los digo a vuestras mercedes con mucho respeto.
Su dignidad tiene uno también,
su corazoncito, aunque este medio seco y medio mustio.
Así que ya lo saben,
ustedes que por tanto tiempo han estado conmigo,
más en las buenas que en las malas,
se los he hecho saber de primera fuente,
a boca de jarro, como se dice.
Ya no seré yo quien les dé las gracias a ustedes por "quererme",
si la la cuestioncita es recíproca,
aquí nos queremos pa'los dos lados.
Si le gusta bien, y si no, libre está de seguir su camino,
hallará otros tontos útiles por ahí.
Por mientras, yo que esta noche estoy tan choreado,
le pido
-Y esto sí que es con el mayor de los respetos-,
hágame el favor,
solo por un ratito,
amigo, amiga de la vida,
compañero de trabajo,
ser querido,
ser no querido (pero siempre respetado),
hermano, hermana, compañero, camarada
conocido o ignoto,
hágame el favor,
de irse por un ratito a la mismísima mierda.
Gracias.